domingo, 4 de abril de 2010

Gestos pequeños encierran grandes dramas. VOL.II

Tengo que reconocer que, no sé si es por mi vocación de psicóloga o porque soy cotilla y ya está, me intrigó eso de descubrir grandes dramas observando pequeños gestos, y desde entonces cada día me dejo caer por El Mercadona a ver que veo.

Una chica que le cuenta a su amiga entre lágrimas, mitad de ira y la otra mitad de dolor, que se había encontrado un pendiente rojo en la habitación de su novio y ella no usa pendientes, sin darse cuenta de que a su amiga le falta uno de ellos. O ese chico que va aumentando su orgullo poco a poco pues se ha percatado de que la chica de enfrente no deja de mirarlo, sin darse cuenta de que detrás de él hay una chica. O un matrimonio perfecto, con planta y estilo, en el que la mujer va tan maquillada que es pintora de profesión y el marido es tan amable que consigue sonrojar a la cajera, y observas la situación pero aunque no quieras, los ojos se vuelven a ir a la cara de la señora y es entonces cuando te das cuenta de que el maquillaje tiñe el tono morado de los moratones. O la carnicera que ha olvidado poner una coma y las chuletas valen 165 € el kilo en vez de 16,5 y te hace gracia y se lo comentas y hacéis el típico comentario gracioso sin gracia pero que hace salir una sonrisilla de educación social, aunque el comentario sería muy distinto si la carnicera fuese médico, las chuletas un niño con cáncer y el precio la cantidad de quimio.


Sí, realmente los pequeños gestos encierran cosas… y las personas grandes dramas.

2 comentarios:

  1. Claro y directo, como tiene que ser. Me ha gustado mucho el estilo con el que lo has escrito. te felicito por lo que has logrado escribir.

    un saludo ;)

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  2. Y mientras, queremos ser personas que tiñen su drama en comedia... :)
    muy bueno.
    un abrazo!

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