viernes, 30 de abril de 2010

El encontrar pareja es como la lectura. Lo primero en lo que te fijas es si te gusta la portada, si el título te llama la atención. Luego abres el libro y miras la dedicatoria y el prólogo para ver si confirman tu buena primera impresión. Sí, es así, lo primero en lo que nos fijamos es en el exterior, es lo primero que se ve, el interior es mucho más difícil de descubrir, tanto que incluso es posible que nunca lo hagamos. Lo que te hace coger un libro y no otro es su portada. Y quien diga lo contrario, ¡¡¡miente!!!

Luego comienzas a leer el libro, con mucha ilusión, pasando las hojas con un gran entusiasmo, preguntándote cómo será, creándote expectativas cada vez más grandes y exitosas. Puede que su lectura te enganche desde el principio, o que vaya siendo más paulatinamente, sin que te des cuenta, sin ser consciente de que, llegado un momento, no puedes pasar ni un solo día sin leer otro capítulo. O también, quizás, puede ser un libro que no consiga engancharte desde las primeras páginas.

Hay muchos libros, muchísimos, más de los que creemos. Existen los libros eróticos que se leen en una noche, los románticos que se leen en un fin de semana, los de acción para escapar de la rutina, los de aventuras que suelen ser los recomendados por los otros… Hay libros para toda ocasión.

Pero como todo en esta vida, incluso ella misma, se acaba. Llega el final, las últimas páginas por leer. Y te da pena, la rutina que tenías todas los días termina y aunque intentas enlentecer el final todo lo que puedes, éste acaba llegando. Es entonces cuando te das cuenta de que es posible encontrar un libro mejor que el que acabas de leer, o quizás, que ése, realmente, es el libro de tu vida.

jueves, 29 de abril de 2010

lunes, 26 de abril de 2010




Quería escribirte un texto memorable, de esos buenísimos, de los que te llegan y te hacen ilusión. Un texto en el que las últimas líneas las vieses borrosas por las lagrimillas, pero lo siento, no me va a salir, siempre me cuesta expresar lo que siento, por eso me escondo detrás de historias de otros.

Quería escribirte un texto que reflejase que hoy cumples 22 años aunque en realidad, nuestra amistad apenas llegue a cumplir un año. Creo que el tiempo nunca ha importado tan poco, te has convertido en una de las personas más importantes de mi vida.

Quería escribirte un texto porque hemos tenido experiencias tan parecidas en Salamanca que era inevitable que nuestros caminos se juntasen. Has sabido madurar con ellas, aprender, crecer, hacerte fuerte, tanto como lo eres ahora pues te comes el mundo aunque a veces indigeste.

Quería escribirte un texto que te preguntase qué tal. Como tantas veces has estado aquí preguntándomelo, preocupándote porque estuviese bien. Dando esos pequeños detalles que no cuestan nada y que nosotras valoramos tanto. Qué puedo hacer yo para compensarlos, mis qué tal se quedan pequeños cuando eres capaz de acabar con un mal día con solo “un privado”.

Quería escribirte un texto que estuvieras leyendo todo el camino a la facultad. Pero prefiero hacerlo más corto para poder hacer una de esas subidas terapéuticas. Una subida por ese camino que, aunque sea tan largo, se me pasa volando pues puedo hablar de todo contigo, puedo expresar todo lo que pasa por mi mente porque sé que estarás ahí, a mi izquierda, escuchando.

Quería escribirte un texto que durase lo que dura un capítulo de Física o Química pero es que hay tantos que el texto sería muy largo. Jajajajjajaja es mejor reírse, las penas con risa son menos penas, y tu risa contagiosa llega a ser terapéutica.

Quería escribirte un gran texto pero no me ha salido. Que se joda el viento. Feliz cumpleaños cachonda.

No nos confundamos. Bien es sabido que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero eso no nos evita tropezar una tercer, cuarta, quinta... vez ni tampoco que el tropezón duela. Hace que quizás tardemos tiempo en caer pero tarde o temprano lo haremos, y es que la vida está llena de piedras, es algo que debemos aprender.

Por naturaleza buscamos el camino fácil, el camino perfecto, llano, sin ninguna cuesta arriba y por supuesto ninguna cuesta abajo. Un camino sin obstáculos, piedras, socavones o cualquier otro elemento que retrase nuestro andar o que incluso pueda llegar a hacernos daño. Quizás el problema sea ese, quizás el problema seamos nosotros al pensar que un camino así existe. Todo, absolutamente todo (y todos) en esta vida tiene imperfecciones y quizás el buscar siempre un camino perfecto sea lo que nos hace tropezar, quizás esa sea nuestra piedra.

No hay camino sin piedras, ni nada ni nadie evitará que tropieces, pero quizás puedas conseguir que al fin y al cabo duela menos.

viernes, 23 de abril de 2010

Newton nos engañó a todos, en realidad no era físico, ni matemático, ni tampoco astrónomo, era psicólogo. No penséis que nos mintió, la verdad es que iba dejando pinceladas que no hemos sabido interpretar.

Ley de la inercia: “si una fuerza se aplica a un objeto, éste adquiere la velocidad de dicha fuerza y avanza en un movimiento rectilíneo salvo que se le aplique otra fuerza distinta” (Explicación para los que como yo tenemos muy poca idea de ciencia, discúlpenme los que sí la tengan si no es exacta mi exposición) Por ejemplo, si tú vas, no sé, se me ocurre pilotando un avión a una velocidad constante, sin viento… y dejas caer una bola, ésta no caerá recta hacia abajo sino que seguirá la trayectoria del avión a menos que otra fuerza dé con ella.

¡¡Claro!! ¡Ahora lo entiendo! Nada de ley científica, esto es una ley de las relaciones de pareja como una catedral de grande. Sólo hay que saber reorientarla un poco. Chico conoce a chica, tras el pertinente tonteo-intercambio de móviles- quedadas, llega el enamoramiento. Ese estado tan genial, con esas mariposas tan revoltosas en el estómago, con esa sensación de ensimismamiento que llega a rozar el límite de la imbecilidad, ese estado en el que todo es un sueño, en el que viajas por una nube y te dejas caer, cual bola de un avión, de una nube a otra. Y en esa caída en la que todo es perfecto de repente aparece otra fuerza (una tercera persona) que hace que la dirección de tu movimiento cambie llevándote a una inevitable caída en picado (aceptamos ostia como sinónimo) que no hay ley física que la amortigüe.

Ay Newton, si es que en el fondo eras un romanticón herido…

jueves, 22 de abril de 2010

martes, 20 de abril de 2010

El mejor código deontológico es la propia conciencia.

Alberto de la Torre

El verdadero significado de las palabras

Vencer no significa ganar. Sólo si has fracasado, si has tocado fondo, si has probado el mal sabor de la derrota, si has caído una y mil veces, pero has conseguido levantarte, sabrás lo que es una victoria.

Amar también significa odiar. Sólo si has amado con todo tu ser, si has dado todo por ese amor, si has sentido el dolor de perderlo o de que te haya fallado, sabrás lo que es sentir un dolor tan intenso que te hace llegar a odiarle, y odiarte por seguir amándole.

Luchar no significa ser valiente. Sólo el que tiene miedo, el que desvanece ante la adversidad, sabrá lo que es enfrentarse a ella, mirarle a la cara y retarle, luchar con la valentía que te da el saber que tienes algo que perder.

Llorar no es de risa. Sólo si has llorado de impotencia, si las lágrimas han inundado tu ser y no te dejan ver más allá, solo si ya no te queda ni una lágrima más, sabrás lo que es reir por no llorar.

Despedirse significa iniciar. Sólo si conoces la sensación de poner fin a algo que creías eterno, si dejas marchar a lo que creías que te pertenecia, si dices adiós ante una lápida fría, sabrás que sólo se acaba aquello que has sido capaz de iniciar.

domingo, 18 de abril de 2010

[ Deja de llorar por los paraisos pérdidos,

nunca los perdimos porque nunca los tuvimos,

solamente están en tu cabeza. ]




Dicen que si un día empieza mal
acabará peor.
Seguro que ellos no han acabado un mal día
con un concierto de Iván.
Pasaron los días, los meses, los trenes. Tú estabas en el andén pero no reaccionaste cuando el tren te escupió una bocanada de aire frío en la cara. El miedo te paralizó, agarrotando cada uno de tus músculos, acabando con todas las esperanzas de que esta vez fuese la buena. Te quedaste inmóvil, como tantas otras veces, sin ser capaz de encontrar el coraje suficiente para dar un paso y adentrarte con el resto de pasajeros. "Puede que un día ya no haya trenes que coger" te decían. Pero no podías evitarlo, el miedo te ganaba el pulso, siempre lo hacía, con una facilidad asombrosa. Temías lo que te podías encontrar, sentías el vértigo que da lo nuevo, lo desconocido. No eras capaz de subir y enfrentarte a ello, de comprobar qué es lo que realmente te esperaba allí y si ciertamente era algo malo, poder manejarlo cual maquinista, frenando el miedo lentamente, reduciendo la velocidad con la que recorre tu cuerpo, hasta llegar a ser tú quien le paralizase esta vez.


Pero te quedaste ahí, quieta, viendo cómo desaparecía otra oportunidad sentada en el último vagón de todos los trenes que dejaste pasar.

viernes, 16 de abril de 2010

No consigo dormir y te pienso. No sé si esto último es la causa o el efecto. Nunca supe (de)terminar relaciones, para eso siempre estuviste tú. No sé qué fue primero el huevo o la gallina, tu traición o la despedida. Pero eso ya no importa, el orden de los factores no altera el producto , el orden de los engaños no altera la mentira. El caso es que te pienso y eso no es buena señal. Intento adivinar cuál fue el momento exacto en el que decidiste que los contras ganaban la partida, descubrir si el ir desgastando mi escudo poco a poco hasta llegar a hacerme completamente vulnerable fue premeditado o no. Pensar qué estarás haciendo, pensando, sintiendo... ¿estarás con otra? Intento convencerme de que guardas un buen recuerdo de lo nuestro. Creo que esto último no lo pienso sino que quiero pensarlo.

No consigo dormir y te pienso...otra vez.

jueves, 15 de abril de 2010

DESCONEXIÓN



No me aguanto ni a mí misma,

imagínate a los demás

miércoles, 14 de abril de 2010

Pero hoy no es ese día... en este día lucharemos

martes, 13 de abril de 2010

lunes, 12 de abril de 2010

El sábado se paró el mundo. Desde las 22.00 a las 23.45, el fin del mundo llegó, los del Barça al cielo, los del Madrid al infierno, y los demás… ¿Existen esos seres extraños?

El apocalipsis cayó en sábado, y no porque el partido fuese malo, no tengo ni idea de qué pasó ya que estaba en el teatro enamorándome de la voz de Romeo, sino porque el sábado 10 de abril los planetas se alinearon, los brujos llevaron a cabo sus hechizos, las estrellas se apagaron, el sol se enfrió y la luna y Marte se eclipsaron para que ese día fuese uno de los más importantes de la humanidad. Vamos que la Federación puso ese día el derbi.

Y es que el fútbol es un fenómeno cuanto menos inquietante. Es capaz de que miles de personas hagan, piensen y vean lo mismo durante casi 2 horas. Qué consigue que la gente se olvide hasta de la crisis. Aterrador, realmente aterrador. Y no lo nieguen los pocos que no vimos el partido, que el cine y el teatro en la vida han estado tan llenos.

Ni el sereno salió a dar la luz de las farolas, y cuando vas con una amiga a solas (literalmente) por la calle eso asusta demasiado. Tanto que yo estaba preparada para que en cualquier momento Lucifer saliese de un portal dispuesto a cenar nuestras almas. Pero ni eso, no me jodas Lucifer penalti y expulsión de quién.

El sábado se paró el mundo… por lo menos hasta el próximo derbi.

¡AUPA NUMANCIA!

domingo, 11 de abril de 2010

Busco juegos de miradas, tonteos de sonrisas, luchas de abrazos, velas en noches, resacas de sueños, locuras de amor, amores de locura, grandes cantidades de pequeños detalles, oleajes de suspiros, olores que dejan sin respiración, romances de teatro, quimeras de emoción, llantos de risa, intensivos de cuidados, momentos sin dubitación, atardeceres de recuerdo, descuidos de errores, estraperlo de tiempo, trueque de caricias, oro en forma de oportunidades, mares de nostalgia, notas de canción, lunas de sol, fuerzas de cicatrices, lágrimas de mar dulce, rutinas de sorpresas, milésimas de dolor, tormenta de reconciliaciones.

sábado, 10 de abril de 2010

- ¿Jaime?

-¡Dios mío Lucía! ¡Después de tanto tiempo!

-Desde que rompimos.

-¡Dios qué casualidad!

- Bueno…

-Lo sé, no crees en las casualidades. Veo que no has cambiado nada, sigues con tu pelo revuelto, tu lunar en el labio y ese mmm… ese olor a manzana. Te invito a tomar algo y hablamos

-No sé… la verdad que no tengo mucho tiempo.

-Aunque sólo sean 5 minutos, por los viejos recuerdos

-Duele que sólo seamos recuerdos, y más aún que quepan en 5 minutos. Un…

- …un café con leche y dos azucarillos. Todavía me acuerdo, siempre pides eso porque sino el café está muy amargo y “para amargo ya estás tú cariño”

-Siempre pido eso porque el día que nos conocimos yo estaba en una cafetería leyendo un libro mientras jugaba con mi pelo y tú viniste y pagaste mi café con leche y dos azucarillos. ¿Estás con alguien?

-Siempre tan directa.

-Yo no.

-¿Por qué?

-Porque ninguno es como tú.

-Yo sí. – zas, directa al corazón-

-¿La quieres?

-¿Te acuerdas esa conversación que tuvimos una vez sobre que el mundo existía perfectamente aunque no existiésemos nosotros y que cuando nacemos, el mundo entero se reduce a tu vida hasta que aparece alguien, ese alguien que es capaz de convertirse en tu mundo, en tu único mundo? Yo he encontrado ese alguien. Es lo primero que veo cuando despierto, lo último que abrazo cuando me duermo, ver cómo se levanta y prepara café y se enfada si no he comprado leche pero entonces salpico su café con dos cucharaditas de azúcar y ella me sonríe. Cómo se sienta en la mesa a leer el periódico mientras desayuna y enreda su pelo entre sus dedos y se desquicia porque lo tiene tan alocado que nunca consigue peinarlo como ella quiere. Y cómo va corriendo a ducharse porque llega tarde y yo me sumerjo en ella, buceando entre sus piernas, buscando ese lunar que tiene al lado del ombligo y se va y deja un olor a manzana… Y vuelve del trabajo y me mira y consigue parar el mundo.

-Esto...

-Sí, lo sé… mierda. Ahora entiendo a Quique.

-¿A Quique, por qué?

-Cuando dice eso de peor que el olvido fue volverte a ver.

miércoles, 7 de abril de 2010

domingo, 4 de abril de 2010

Gestos pequeños encierran grandes dramas. VOL.II

Tengo que reconocer que, no sé si es por mi vocación de psicóloga o porque soy cotilla y ya está, me intrigó eso de descubrir grandes dramas observando pequeños gestos, y desde entonces cada día me dejo caer por El Mercadona a ver que veo.

Una chica que le cuenta a su amiga entre lágrimas, mitad de ira y la otra mitad de dolor, que se había encontrado un pendiente rojo en la habitación de su novio y ella no usa pendientes, sin darse cuenta de que a su amiga le falta uno de ellos. O ese chico que va aumentando su orgullo poco a poco pues se ha percatado de que la chica de enfrente no deja de mirarlo, sin darse cuenta de que detrás de él hay una chica. O un matrimonio perfecto, con planta y estilo, en el que la mujer va tan maquillada que es pintora de profesión y el marido es tan amable que consigue sonrojar a la cajera, y observas la situación pero aunque no quieras, los ojos se vuelven a ir a la cara de la señora y es entonces cuando te das cuenta de que el maquillaje tiñe el tono morado de los moratones. O la carnicera que ha olvidado poner una coma y las chuletas valen 165 € el kilo en vez de 16,5 y te hace gracia y se lo comentas y hacéis el típico comentario gracioso sin gracia pero que hace salir una sonrisilla de educación social, aunque el comentario sería muy distinto si la carnicera fuese médico, las chuletas un niño con cáncer y el precio la cantidad de quimio.


Sí, realmente los pequeños gestos encierran cosas… y las personas grandes dramas.

sábado, 3 de abril de 2010

Gestos pequeños encierran grandes dramas


Ahí estás tú, ante la incómoda situación de que la fila se mueve pero tú no sabes si avanzar o no porque el que está delante de ti es un carro, no un señor borde, ni un chico despistado, ni en el peor de los casos una señora hablando acaloradamente por teléfono con su amiga, a los cuales puedes decirles que anden, y aunque la mirada que te echen no te matará pero te quitará 5 años de vida seguro, acabarán dando un paso adelante. Lo que ocurre es que lo que tienes delante es un puto carro, inerte, totalmente quieto viendo la vida pasar y tú te preguntas qué será mejor: empujar el carro sabiendo que justo en ese mismo instante el dueño aparecerá con una mirada directa a tu nuca dándote una estocada que acabará con otros 5 años de tu vida o esquivar el carro bajo la atenta mirada de los demás convirtiéndote en un auténtico capullo que se cuela a un carro, a un pobre carro indefenso. Pero en ese instante de dura reflexión, donde estás inmerso en una de las decisiones más importantes de tu vida, la dueña del carro aparece. Vuelves a respirar y piensas que tu vida no puede ser más feliz y con esa seguridad de sentirte ganador observas a la señora. Pero en ese momento, vuelven a aparecer los sudores fríos cuando ves cómo la señora, tras previa inspección del entorno, ese mirar de reojo tan señalador de que va a hacer algo malo, vuelve a irse. Y ahí es cuando te das cuenta de que esa señora es una auténtica egoísta y que es incapaz de sentir cariño ni siquiera por su carro. Pero lo peor de todo es que tú vuelves a estar en una de las situaciones más complicadas de tu existencia, pero esta vez empujas el carro con un suave movimiento, casi acariciándolo, diciéndole con tus manos que no pasa nada, que no es él es ella, que se merece algo mejor, alguien que le quiera como es.

Y en ese instante en el que el turno es para el carro y en el que tú te frotas las manos esperando a que la cajera diga que pases tú, la señora regresa. Y vuelves a observarla, viendo cómo va dejando todos y cada uno de los 2.000 artículos que lleva (¿hay oferta 2.000x1?) y al final, como no podía ser de otra forma, no deja el carro unido al resto de sus amigos sino que lo deja al lado formando otra fila, así, desafiando a Edward Lorenz, creando su propia teoría del caos en dos segundos. Y entonces es ahí cuando realmente te das cuenta de que esa señora es la auténtica nieta de Satán.

Y abandonas la tienda triunfante, con 10 años menos pero con una barra de pan como trofeo, porque aunque la nieta de Satán se ha propuesto acabar con el mundo empezando por El Mercadona, tú la has calado desde el principio.


Texto inspirado por Nacho Sanz

viernes, 2 de abril de 2010

Pensamientos de la cuadrilla de la muerte VOL.1

Queda inaugurada (Nacho la clausura la dejo para ti cuando llegue el momento)la sección: "Pensamientos de la cuadrilla de la muerte", en la cual tienen cabida todas las inquietudes que flotan por la mente de sus integrantes. Para esta primera entrega contamos con la aportación de María Jiménez (absténganse de hacer la broma fácil que la hace todo el mundo y no tiene gracia hombre ya!!!)


jueves, 1 de abril de 2010

Bienvenido a Holanda


A menudo me piden que describa la experiencia de criar a un niño con una discapacidad, que intente ayudar a la gente que no han compartido esa experiencia única a imaginar cómo se sentirían. Es así…

Cuando vas a tener un bebé es como planear unas vacaciones fabulosas en Italia. Compras un montón de guías y haces tus maravillosos planes. El Coliseo. El David de Miguel Ángel. Las góndolas de Venecia. Puede que aprendas algunas frases útiles en italiano. Es todo muy emocionante.

Después de meses de ansiosa anticipación, finalmente llega el día. Preparas tus maletas y allá vas. Varias horas más tarde el avión aterriza. La azafata viene y dice: “Bienvenido a Holanda”.
- ¿Holanda? – dices -. ¿Cómo que Holanda? Yo me embarqué para Italia. Se supone que estoy en Italia. Toda mi vida he soñado con ir a Italia. Pero ha habido un cambio en la ruta de vuelo. Han aterrizado en Holanda y aquí se debe quedar.

Lo importante es que no te han llevado a ningún lugar horrible, asqueroso y sucio, lleno de pestilencia, hambruna y enfermedad. Simplemente es un sitio diferente.

Así que tienes que salir y comprarte nuevas guías. Y tienes que aprender una lengua completamente nueva. Y conocerás a un grupo entero de gente que nunca habrías conocido.

Simplemente es un sitio diferente. Camina a un ritmo más lento que Italia, es aparentemente menos impresionante que Italia. Pero cuando, después de haber estado un rato allí, contienes el aliento y miras alrededor, empiezas a notar que en Holanda hay molinos de viento. Holanda tiene tulipanes. Holanda tiene incluso Rembrandts.

Pero todo el mundo que conoces está muy ocupado yendo y viniendo de Italia y todos presumen muy alto de qué maravillosamente se lo han pasado en italia. Y, durante el resto de tu vida, dirás “Sí, ahí era donde se suponía que yo iba. Eso es lo que había planeado.”

Y ese dolor nunca, nunca, nunca, se irá, porque la pérdida de ese sueño es una pérdida muy importante.
Pero si te pasas la vida quejándote del hecho de que nunca llegaste a Italia, puede que nunca tengas libertad para disfrutar de las cosas, muy especiales, maravillosas, de Holanda.

Emily Pearl Kingsley