martes, 27 de julio de 2010

CANCIONES DE MI VIDA


“De haberlo sabido” no cambio nada de lo que he vivido. Aunque la verdad es que mis mejores años comienzan dando “pasos de equilibrista”. Andando por la cuerda floja, bailando al son del “rock and roll de las idiotas”. Pero después de “las palabras que me dijiste” me di cuenta de que estaba siendo “un poco idiota” y me atreví a hacer “lo que no hizo Maruja Limones”, es decir, me vi “deshaciendo el mundo” y componiéndolo a mi gusto, con mi gente como “mi paracaídas” y con un “corazón de bronce” como bandera. Cometí “un error de los grandes” pero si algo he aprendido es que a veces la felicidad la encuentras “partiendo de cero”.

Pero “para volver a volver” siempre escojo “camino Soria”, donde está mi “corazón”, donde siempre “vuelve a amanecer”, donde está mi gente y donde quiero estar “cuando se acabe el mundo”.
Y allí están ciertos “peces de ciudad”, que aunque “we no speak americano” siempre cumplen un “pacto entre caballer@s”, que ayudaron a que encontrase el “equilibrio”, que son “parte de mí”, que hacen del Capote una segunda casa, que aun estudiando a cientos de kilómetros no dicen “hasta nunca”.

Pero no diría “toda la verdad” si no hablase de Salamanca. Allí donde “a las noches les sobran los días”, donde en alguna que otra ocasión te sorprendes “con dos copas de más”, donde siempre vas a dormir “a la luz de una sonrisa”, donde aprendes que las cosas que merecen la pena cuestan, solo hay que dar un poco de “tiempo al tiempo”.
Y allí también hay “peces de agua dulce”, que logran llenar mis años universitarios de grandes “recuerdos”, que me dieron la llave cuando mi mundo estaba “cerrado por derribo”, que me dan una vela cuando “necesito la luz” y que vamos dando “espectáculo” en cualquier lugar.

Y faltas tú, aunque aún no te conozco sé que un día vendrás y me dirás: “por verte sonreír” sería capaz de recitar “poemas en el tejado”. Y juntos ganaremos “a la soledad” y pasaremos el resto de nuestras vidas “aprendiéndonos”. Y tú me dirás “duerme conmigo” y yo te mentiré y te diré que “no te quiero tanto” pero “abrázame” y no me sueltes. Pero no bebo del “licor de la impaciencia” y me entretengo con “aviones de papel” hasta que llegue el día desde el cual lo primero que vea cada mañana sea “tu pelo en mi almohada”.

Pero “a día de hoy” y si Sabina me lo permite, “al punto final de los finales, sí le seguirán dos puntos suspensivos”.

domingo, 25 de julio de 2010

Todas las mañanas cuando iba a trabajar se cruzaba con su mirada. Él era distinto, todos los días pedía dinero en el metro, lamentablemente como tantos otros, pero ese señor era diferente. Su mirada reflejaba pena, igual que la de los demás, pero la suya aún más. Tenía ojos tristes, de esos que cuentan que la vida cuando quiere es muy puta, que te da placeres pero te cobra un alto precio por ellos. Nunca se atrevía a decirle nada y ella era la única transeúnte a la que el señor no le pedía que le diese algo. No sabía explicar por qué ese señor le llamaba tanto la atención, por qué, aunque se lo proponía todos los días, no podía dejar de mirarlo, por qué le intrigaba tanto la historia de su vida.

- Por favor, ¿Podría darme un poco del bollo que está comiendo?
- ¿Del que me estoy comiendo yo? ¡Vamos hombre, que falta de consideración!

Abrió el bolso y le entregó los dos bollos que completaban el paquete.

jueves, 22 de julio de 2010

Aún no sé si llovía o era yo la que lloraba. Pero de pronto apareciste tú con un pañuelo y un paraguas. Siempre me han gustado las tormentas de verano. No me acuerdo de lo que hablamos pero tus ojos eran de un color castaño y por momentos verdes. ¿Castaños y verdes? Primera señal de que eras especial. No nos dimos los números, ¿en qué estaríamos pensando? Pero el destino quiso darnos otra oportunidad. ¡Qué leches el destino! Tú decidiste ir al concierto de Fito y yo también así que nos vimos, nada de destino, sino las consecuencias de nuestras decisiones. Esta vez sí, iba directa hacia ti para pedirte el teléfono y tú ya habías guardado mi nombre en la agenda preparado para apuntar mi número la próxima vez que nos viéramos. Segunda señal de que eras especial. No había ni un día que no nos viésemos y si no podíamos quedar nos encontrábamos cuando yo iba a comprar el pan. Tú siempre decías que pasabas por ahí y que nos encontrábamos por casualidad pero tú no sabías que el panadero me preguntó: ¿Quién es ese chico que se pasa rato y rato esperando en la puerta de la panadería hasta que llegas tú? Él… un chico especial, y ¿sabes? va por la tercera señal. El verano iba acabándose, los dos lo sabíamos pero ninguno se atrevía a decirlo. No me digas que me quieres si en septiembre te vas. Pero tú hiciste el verano más largo, te quedaste todo septiembre. Sí, eras un chico especial. Pero la despedida llegó y creo que hubiese dolido menos si no hubiese sido yo la que dijese te quiero.

martes, 20 de julio de 2010

-No eres tú, soy yo.

-Claro que eres tú, eres idiota.

-Sabía que esto no era buena idea.

-Venga va, lo siento, si quieres lo volvemos a intentar y prometo ponerme serio, de verdad.

-No es eso, no puedo hacerlo, no puedo decírselo, no puedo romper con ella.

-Lo que creo es que en realidad no quieres hacerlo, que tienes miedo de que un día se vaya y te deje solo, por eso la echas de tu vida.

lunes, 19 de julio de 2010

viernes, 16 de julio de 2010

-No me llames.

-¿Eh?

-Que no me llames.

-Pero ¿qué estás diciendo?

-Joder, que no me llames, vamos digo yo que no es tan difícil de entender.

-No sabes lo que estás diciendo.

-Claro que lo sé, no quiero que me llames.

-Yo no te he llamado nunca.

-Quizás, diciéndote que no lo hagas algún día me llames. Tranquila, no tardaré más de un tono en cogértelo.

jueves, 15 de julio de 2010



¿Quién sabe lo que cuesta preguntar cuando ya sabes lo que vas a oír?

martes, 13 de julio de 2010

Situación: chico sentado en la playa. Es de noche, está solo y llorando. Se le acerca una chica y le da un pañuelo.

Chico: me pregunto si das a todos los tíos que te encuentras un pañuelo.

Chica: ¿crees que doy a todos los tíos que me encuentro un pañuelo?

Chico: sí

Chica: uf… respuesta incorrecta


La chica se aleja.


Chico: y también eres capaz de irte y dejar sola a una persona que no está bien.

Chica: yo no me he ido, tú me has echado

Chico: quédate.

Chica: ¿por qué tendría que hacerlo?

Chico: ¿por qué no?

Chica: ¿Qué crees que es más salado el mar o una lágrima? Me explico, si coges una lágrima y una gota del mar ¿cuál tendrá más sal?

Chico: no sé, ¿el mar?

Chica: lo dudo, la lágrima escuece más.

Chico: ¿No vas a preguntarme por qué lloro?

Chica: prefiero intentar que dejes de hacerlo.

Chico: ¿y por qué? No me conoces.

Chica: porque la sal en exceso no es buena.

Chico: nada en exceso es bueno.

Chica: hay algo que sí.

Chico: ¿el qué?

Chica: cierra los ojos.

Chico: ¿sabes? hay algo más salado que una lágrima.

Chica: ¿el qué?

Chico: un beso con sabor a sal.

sábado, 10 de julio de 2010

El fin del mundo ha llegado. Hace ya, conté que Satán había elegido forma de señora en un supermercado. Esta vez ha mutado y ha elegido a una de las especies más inteligentes que existen, Satán ahora es un pulpo. Pero no un pulpo cualquiera, no señores, eso sería demasiado vulgar para Satán, un pulpo que tiene en sus tentáculos el poder de predecir el futuro de la vida humana, qué digo de la vida humana, del universo entero!!! Un pulpo que adivina quién ganará los partidos en el Mundial. Yo es que me paro a pensarlo y me da hasta miedo. No que un pulpo adivine el futuro, ¿Rappel no hacía algo parecido? Lo que realmente me asusta es que un pulpo adivinador llene minutos y minutos de telediarios y páginas y páginas de periódicos y revistas. Me pregunto qué sentirá Pedro Piqueras al ver que la noticia que viene después de una nueva muerte en las carreteras sea que un jodido pulpo adivina resultados. Pero no me malinterpreten, no tengo nada en contra del pulpo, si encima da a España como ganadora (no deberíamos ni jugar el partido, el pulo ha hablado, amén hermano). Lo que de verdad que no llego a entender es el fervor extremista que está causando la roja. Echando la vista atrás me asombro ante el hecho de que algunos (miles) seguidores desconfiaran de la ahora considerada la mejor selección del mundo (y sin jugar el partido oye, que no sólo lo dice el pulpo, que también lo dicen los manolos) aunque bueno anda qué no ha llovido desde aquello, ah no esperen, que fue en este mismo Mundial ante Suiza.

Pero saben, no sólo me asusta, también me entristece. Lamento que el fútbol sea lo único que consiga unir a esta España tan bipartidista. Da igual que Puyol sea catalán, del PP, del PSOE o del partido contra la explotación de los pulpos con tal de que marque o evite goles. Me gusta el fútbol, quiero que España gane el Mundial, celebraré los goles y pasaré una buena tarde de fútbol con l@s amig@s pero no esperen que mire para otro lado cuando veo que esto se nos va un poco de las manos.

Un pulpo… ¡qué listo este Satán!

viernes, 9 de julio de 2010

Hablemos de mí



Me gusta ser como mi padre y que mis tías me digan que les recuerdo a su madre, bueno eso no me gusta, eso me llena de orgullo. Me gusta tener pocos amigos pero buenos y el haber echado de mi vida a gente que no merecía estar en ella o haber salido de vidas en las que yo no merecía estar, según se mire.

Me gusta ser capaz de salir adelante, enfrentarme a los obstáculos, mirarles a la cara y superarlos, o por lo menos intentarlo. Me gusta luchar por lo que quiero y que sólo me quede un año para acabar la carrera que siempre he querido estudiar. Me gustan mis locuras y mi baile pero sobre todo que los demás bailen conmigo.

Me gusta haber encontrado a alguien que lleven más de 19 años aguantándome, a alguien que lleve más de 3 soportándome 24 horas al día, a alguien a la que puedo llamar albaricoque, a alguien que sean mis cachondas, a alguien que sea el guiri, a alguien que se suban a la tarima conmigo, a alguien que comparta el frikismo de los cantautores conmigo, a alguien que sea mi socio, a alguien a los que El Machado nos ha unido.

Me gusta dar sin tener que recibir nada a cambio y que pese a obtener una de cal y otra de arena siga estando allí. Me gusta el juego de miradas con los tíos y el tonteo previo a empezar a hablar con ellos. Me gustan los pequeños detalles.

Me gusta viajar en coche, sobre todo en buena compañía. Me gusta andar bajo la lluvia y hacer reír. Me gusta que se me empañen las gafas y reivindicar lo que creo que es justo.

Me gusta escucharte e intentar ayudarte aunque dudo que pueda hacerlo siempre. Me gusta volver a comerme el mundo después de que se me indigestase.

Me gustas tú.

Me gusto yo… y también mi modestia.

jueves, 8 de julio de 2010

miércoles, 7 de julio de 2010

II

Tú no lo sabes pero todas las noches sueño contigo, y en mis sueños hacemos el amor poco a poco, sintiéndonos el uno al otro. Tú no lo sabes pero cuando voy a comprarte el pan mi mirada te dice todo lo que yo no me atrevo. Tú no lo sabes pero todas las demás barras de pan que tienes en la estantería no me gustan. Tú no lo sabes pero me muero de ganas de contestarle a Doña Luisa que ya has encontrado novia. Tú no lo sabes pero tu sonrisa es la razón por la que madrugo en vacaciones. Tú no lo sabes pero odio la Universidad porque me voy y tardo demasiado en volver y te odio porque ni te acordarás de mi y me odio porque te echo de menos y cuando llego a la estación busco tu mirada entre la gente. Tú no lo sabes pero siempre pongo la mano cuando me das las vueltas para que nuestros cuerpos se rocen. Tú no lo sabes pero desearía hacer el amor contigo cada día. Tú no lo sabes pero sólo tú me haces reír a carcajadas y consigues hacer el mundo más pequeño con las tuyas. Tú no lo sabes pero te quiero.

martes, 6 de julio de 2010

I

Tú no lo sabes pero todas las noches sueño contigo, y en mis sueños eres mía, y te hago el amor poco a poco, sintiendo cada pliegue de tu piel, llorando cada gota de sudor derramada. Tú no lo sabes pero a tus ojos de gata, que me miran todas las mañanas cuando vienes a comprar el pan, yo les respondo con piel de gallina. Tú no lo sabes pero todas las mañanas guardo la mejor barra de pan para ti, aunque sea una tontería y aunque tú ni siquiera te des cuenta. Tú no lo sabes pero cuando me guiñas un ojo cuando Doña Luisa me dice que a ver cuando me echo una novia, yo me sonrojo. Tú no lo sabes pero tus buenos días son la razón por la que vuelvo cada día a la rutina. Tú no lo sabes pero odio la Universidad porque te vas y tardas demasiado en volver y te odio porque ni te acordarás de mí y me odio porque no puedo sacarte de mi cabeza y cada día te busco entre la gente. Tú no lo sabes pero tiemblo si al darte las vueltas rozo tu mano. Tú no lo sabes pero desearía hacerte el amor cada día. Tú no lo sabes pero cada vez que me sonríes me fallan las piernas y si consigo sacarte una carcajada el mundo se hace más pequeño. Tú no lo sabes pero te quiero.

lunes, 5 de julio de 2010




¿Quién se estrella cuando tú te estrellas también?


Si un nombre te viene a la cabeza, aunque sólo sea uno, tu vida merecerá la pena. Gente a tu alrededor habrá mucha pero muy pocos estarán dispuestos a estrellarse contigo.

viernes, 2 de julio de 2010



Por eso junio es mi mes preferido, concretamente finales de junio, creo que es de las semanas más completas del año. En siete días acabas con la tanda de exámenes de un curso, cumples un año más y disfrutas de las fiestas de San Juan.

Del examen poco que decir, un mes para estudiar una asignatura, más que aprobado, bueno eso creo.

De San Juan, tendría tantos buenos momentos que contar y tantas emociones que transmitir que creo que no soy capaz de hacerlo. Es curioso pero cada año me convenzo más de que hay que ser soriano(o llevar muchos años en Soria) para poder vivirlas de verdad, no me refiero a disfrutarlas y pasarlo bien, sino a sentirlas, a llorar de emoción en “el Pregón” y de pena en el “Adiós, adiós San Juan”. Y es que ya lo dijo la Jurada: “porque mientras quede un soriano habrá fiestas sanjuaneras”.

De mi cumpleaños… no suelo darle mucha importancia, como dice una amiga: somos más de días cualquiera. Pero la verdad es que esperaba más de ti, y de ti, y sí, también de ti, pero el año más vieja me ha enseñado que soy yo la que espera demasiado y que quizás importamos menos de lo que pensamos. Pero lo dicho, me quedo con lo bueno: las llamadas desde Londres y México, el vaso robado “del Chino” de todos los años, con la rosa del jardín, con la rosa Felisidades, con el regalo dos días después totalmente inesperado… con los buenos momentos que me regaláis cada día.

jueves, 1 de julio de 2010

Duele, la vida duele, y quien diga lo contrario no vive. Pero además de inevitable, el dolor es necesario. Sin embargo nos pasamos la vida intentando evitar hacernos y que nos hagan daño, cosa que es legítima por supuesto, cosa que deja de serlo cuando no nos damos cuenta de que en realidad estamos haciendo la herida más profunda. No somos capaces de tomar la decisión que nos causará daño a corto plazo pero que en el fondo sabemos que es la correcta. Nos aferramos a un clavo ardiendo, nos enganchamos a los granos de arena que nos dan sin tener en cuenta toda la cal recogida, somos capaces de autoconvencernos de que en realidad no duele tanto aunque los ojos hayan llorado demasiado.

No hay heridas que no cicatricen nunca, todo, absolutamente todo, acaba sanando. El tiempo es un gran anestésico: no acaba con el dolor pero te ayuda a calmarlo.

Nos aferramos a un clavo ardiendo, cosa que no tiene sentido, o sí. ¿Merece la pena ese clavo?

Por qué

Porque soy diferente, porque no me mido por los demás, sino por ti.
Porque tengo la cabeza dura como una piedra,
porque me gusta mi pasado,
porque el miedo a la soledad me aterra,
porque te veo y se me parte el alma,
porque me gusta el amor a contracorriente,
porque nadie dijo que sería fácil,
porque todos nos equivocamos y no todos sabemos perdonar,
porque la alegría de mi vida voló por mis malas artes,
porque a veces hacemos las cosas sin saber por qué.
Porque a veces, todo, no significa nada y poco, significa un mundo
Porque me gusta escuchar la llamada de mi corazón, aun a sabiendas de que quizá me hará más daño.
Porque siempre fui mas emocional que racional.
Porque te quiero y más no te puedo perder, porque sólo tengo que ganar…

Porque la confianza cuesta ganarla una vida, y perderla sólo un segundo.
Porque nos hemos defraudado.
Porque la distancia no ayuda, y los celos aprovechan,
porque la costumbre nos ha hecho relajarnos, porque los años hacen que te descuides, y te fíes.
Porque necesitamos una vida para querernos y una tarde para odiarnos,
porque el amor no deja ver lo que realmente hay detrás,
porque a veces esperamos algo de los demás que tan solo es la idea que hemos creado en nuestra cabeza.
Porque el dolor seguramente no nos deje volver a lo que fuimos.
Porque te odio, aun a sabiendas de que te quiero.

Porque a menudo, los grises mueren en virtud del blanco y el negro y a mí me gustaría vivir en la mitad


Adrián Miguel Mateo