viernes, 16 de julio de 2010

-No me llames.

-¿Eh?

-Que no me llames.

-Pero ¿qué estás diciendo?

-Joder, que no me llames, vamos digo yo que no es tan difícil de entender.

-No sabes lo que estás diciendo.

-Claro que lo sé, no quiero que me llames.

-Yo no te he llamado nunca.

-Quizás, diciéndote que no lo hagas algún día me llames. Tranquila, no tardaré más de un tono en cogértelo.

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