domingo, 28 de febrero de 2010

''Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, aunque la violencia se practica a plena luz del día.''

John Lennon

viernes, 26 de febrero de 2010

Elegiste perder. Elegiste ser débil. Elegiste el fuego quemando tu garganta, la bradicardia, la autodestrucción. Elegiste que el ángel blanco recorriera tus venas, lento, matándote poco a poco, sin ruido, sin dolor, avanzando como el reo a su silla: despacio, anhedónico, directo. Elegiste el cariño de la calle al de tu familia. Elegiste el llanto. Elegiste el camino fácil, duro pero fácil. Elegiste el calor de la droga, de la droga barata, el lujo nunca fue contigo. Por eso nunca intentaste salir, nunca te diste el lujo de salir adelante.

Elegiste no poder elegir, elegiste que la cocaína lo hiciera por ti.

miércoles, 24 de febrero de 2010

El paso del tiempo

Vivimos creyéndonos inmortales. Acostándonos, ingenuos de nosotros, con la seguridad de que al día siguiente despertaremos.

No sé si es por las fechas en las que estamos, o porque el frío ha avivado mi nostalgia soriana o por cierto descubrimiento musical reciente... pero me he dado cuenta del verdadero PASO, con mayúsculas, del tiempo.

Cómo algo tan abstracto es capaz de conseguir que una persona no pueda oír una canción dentro de años sin echarse a llorar. El paso del tiempo es capaz de dar el impulso necesario para seguir adelante cuando alguien se da cuenta de que ha desperdiciado sus minutos en gente que no lo merecía.

Es curioso cómo una simple canción y ciertas conversaciones consiguen recuperar el tiempo malgastado. (Gracias)

Y lo importante es eso, es darse cuenta de que, al margen de esas vulgares frases arraigadas del tipo "el tiempo es oro", nadie tiene el derecho de robar tu tiempo, TU (efímero) TIEMPO.

Así que si me permiten un consejo: VIVAN DE TAL FORMA QUE SEAN CAPACES DE PARAR EL TIEMPO.

martes, 23 de febrero de 2010


Reencuentro. Chocolate. Cenas. Disfraces. Madrid. Metro. Turismo. Italiano.Teatro.Risas.

Nunca me ha gustado celebrar San Valentín,
hasta que empecé a hacerlo con vosotros.

domingo, 21 de febrero de 2010

Se despide un genio Gabriel García Marquez

Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan, y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate! Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma. Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat seria la serenata que les ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos... Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor. A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse! A un niño le daría alas, pero le dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres... He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre. He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia a bajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo."

Cuerpos a la deriva (LUIS RAMIRO)