Vivimos creyéndonos inmortales. Acostándonos, ingenuos de nosotros, con la seguridad de que al día siguiente despertaremos.
No sé si es por las fechas en las que estamos, o porque el frío ha avivado mi nostalgia soriana o por cierto descubrimiento musical reciente... pero me he dado cuenta del verdadero PASO, con mayúsculas, del tiempo.
Cómo algo tan abstracto es capaz de conseguir que una persona no pueda oír una canción dentro de años sin echarse a llorar. El paso del tiempo es capaz de dar el impulso necesario para seguir adelante cuando alguien se da cuenta de que ha desperdiciado sus minutos en gente que no lo merecía.
Es curioso cómo una simple canción y ciertas conversaciones consiguen recuperar el tiempo malgastado. (Gracias)
Y lo importante es eso, es darse cuenta de que, al margen de esas vulgares frases arraigadas del tipo "el tiempo es oro", nadie tiene el derecho de robar tu tiempo, TU (efímero) TIEMPO.
Así que si me permiten un consejo: VIVAN DE TAL FORMA QUE SEAN CAPACES DE PARAR EL TIEMPO.
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