lunes, 19 de marzo de 2012

III

La relación, la doble relación, con Isabelle se alargaba en el tiempo. Uno de mis amigos me avisó de que no me fiara de ella, de que sus contactos le habían dicho que era una viuda negra. No le hice ni puto caso. La relación iba cogiendo un matiz serio, y aún así, Isabelle no sospechaba ni por asomo del juego que nos traíamos entre manos Rick y yo. Incluso me atrevía a bromear sobre el tema.

- Me gusta que seas tan sincera. No hace tanto que nos conocemos y ya sé casi todo de ti.
- Y yo de ti cariño.
- ¿Segura? Estoy convencido de que no me conoces tanto como crees.
- Vinni, los tíos no tenéis secretos para mí, mi escote consigue sonsacaros todo.
- Apuesto a que podría tener una esposa, hijos, e incluso un hermano gemelo y no lo sabrías.
- Deja de decir tonterías y bésame.


¡La estupidez de los tíos no tiene límites! Pensaba que me tenía tan engañada que incluso se atrevía a bromear sobre el tema. Quería matarle. Si tenía el dinero para quedármelo, sino lo tenía por gilipollas. Pero necesitaba descubrir quién de los dos tenía el dinero, sino no mi plan no podía avanzar. No fue difícil dar con la solución. Después de pasar una noche con cada uno, esperaría escondida entre los coches y les seguiría. El hermano pobre iría a cualquier lugar, el hermano rico iría a su casa a cambiarse de ropa.

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