-Sara: ¿Qué tal se dio la noche? ¡Dios qué resaca tengo!
-Raúl: Bien, salí con los amigos del curro y acabé durmiendo bien acompañado.
-Sara: A mí me llamó Jorge en mitad de la noche.
-Raúl: Dime que no quedaste con él.
-Sara: Quedé con él. Necesitaba verle.
-Raúl: ¿Cómo que necesitabas verle? Ya vale Sara, ¿hasta cuándo vas a estar ahí siempre que te llame? ¿Cuándo vas a aceptar que lo vuestro acabó en vez de aferrarte al pasado? Joder Sara que cada vez que os encontráis te quedas echa una mierda.
-Sara: Necesitaba verle para demostrarme que ya no le quiero... Sabes, si tú me quisieras, Raúl si tú me quisieras y …
-Raúl: eh eh espera. ¿Cómo que si yo te quisiera?
-Sara: Sí, si tú me quisieras y yo sintiese lo mismo podríamos vivir una historia increíble. Iríamos al teatro, a conciertos, ¡al Museo de Cera! Por la calle cogidos de la mano entre la multitud nada nos separaría. Tendríamos tantas peleas como reconciliaciones aunque éstas últimas ganarían en calidad. “Te quieros” escritos en el espejo empañado del baño. Viajes, muchos viajes, a cualquier lado, sin planificación alguna. Llamadas a altas horas de la madrugada borrachos de arrepentimiento. Aniversarios y quejas de que nuestro amor es tan grande que no cabe en un 14 de febrero. Sorpresas y detalles que nos hagan sentir especiales. Encuentros fortuitos en el baño de cualquier bar. Un apoyo, un abrazo, una sonrisa cada vez que lo necesitemos, y cuando no también. En fin, una vida juntos.
-Raúl: Esto… ¡Tú estás mal de la cabeza! Siempre hemos sido amigos, nada más. ¿Nada más no? Sara yo…Sara yo no te quiero de ese modo
-Sara: jajajaja yo tampoco. Pero si hubiéramos sentido lo mismo…
-Raúl: Deja de beber, el alcohol te está matando las neuronas. ¡Fatal de la cabeza oiga!
-Sara: Si, tienes razón Jorge, digo Raúl.
-Raúl: Bien, salí con los amigos del curro y acabé durmiendo bien acompañado.
-Sara: A mí me llamó Jorge en mitad de la noche.
-Raúl: Dime que no quedaste con él.
-Sara: Quedé con él. Necesitaba verle.
-Raúl: ¿Cómo que necesitabas verle? Ya vale Sara, ¿hasta cuándo vas a estar ahí siempre que te llame? ¿Cuándo vas a aceptar que lo vuestro acabó en vez de aferrarte al pasado? Joder Sara que cada vez que os encontráis te quedas echa una mierda.
-Sara: Necesitaba verle para demostrarme que ya no le quiero... Sabes, si tú me quisieras, Raúl si tú me quisieras y …
-Raúl: eh eh espera. ¿Cómo que si yo te quisiera?
-Sara: Sí, si tú me quisieras y yo sintiese lo mismo podríamos vivir una historia increíble. Iríamos al teatro, a conciertos, ¡al Museo de Cera! Por la calle cogidos de la mano entre la multitud nada nos separaría. Tendríamos tantas peleas como reconciliaciones aunque éstas últimas ganarían en calidad. “Te quieros” escritos en el espejo empañado del baño. Viajes, muchos viajes, a cualquier lado, sin planificación alguna. Llamadas a altas horas de la madrugada borrachos de arrepentimiento. Aniversarios y quejas de que nuestro amor es tan grande que no cabe en un 14 de febrero. Sorpresas y detalles que nos hagan sentir especiales. Encuentros fortuitos en el baño de cualquier bar. Un apoyo, un abrazo, una sonrisa cada vez que lo necesitemos, y cuando no también. En fin, una vida juntos.
-Raúl: Esto… ¡Tú estás mal de la cabeza! Siempre hemos sido amigos, nada más. ¿Nada más no? Sara yo…Sara yo no te quiero de ese modo
-Sara: jajajaja yo tampoco. Pero si hubiéramos sentido lo mismo…
-Raúl: Deja de beber, el alcohol te está matando las neuronas. ¡Fatal de la cabeza oiga!
-Sara: Si, tienes razón Jorge, digo Raúl.
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