Los días iban pasando y pronto llegó el frío. Nevaba y por primera vez odié la nieve. Seguramente el río tendría una capa de hielo y no se podría pescar. Pero allí estaba él y sorprendentemente el cubo que llevaba siempre, estaba lleno. "Debes ser muy buen pescador, a nadie se le ocurriría ir de pesca un día como hoy y tú has llenado el cubo". "A nadie se le ocurre pescar como lo hago yo. Hay que saber esperar, observar el río, localizar el mejor pez de todos, fijarte en todos y cada uno de sus movimientos y ¡zas¡ atacarle cuando menos se lo espere, cuando se haya separado del resto de sus compañeros." No sé si fue porque la pesca no me gusta pero oír ese relato me provocó un escalofrío. Me contó que no tenía televisión y que no compraba nunca periódicos porque no llegó a aprender a leer del todo bien. Desde entonces, siempre iba a comprar el periódico antes de bajar al río y le leía las noticias más destacadas. La verdad que eran bastante repetitivas, no hablaban más que de crisis, muertes, falta de infraestructuras y de fútbol. Pero una mañana me dio un vuelco el corazón cuando leí la noticia que venía en portada. Bajé corriendo al río.
martes, 2 de noviembre de 2010
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