Ni yo soñaba contigo, ni tú vendrías a París conmigo. No importaba con quién pasábamos la tarde, era de noche y estábamos juntos. No era sexo sin amor, eran dos almas matando la nostalgia. Ni yo te esperaba en casa, ni tú en la puerta del trabajo. No nos queríamos pero nos quitábamos el frío. Ni yo te pedí que te quedaras, ni tú esperaste a que aquel árbol tirara la última hoja. No nos exigíamos explicaciones porque en realidad no nos importaban. Ni yo congelaba momentos, ni tú parabas el tiempo a mi lado. Llegamos a echarnos de más, y por momentos también de menos.
Llegó el otoño… pero ninguno de los dos ha vuelto
Llegó el otoño… pero ninguno de los dos ha vuelto
y no hace falta que vuelvan..
ResponderEliminarGuau!!!. Quién no ha tenido ese tipo de relaciones, en las que las explicaciones y los "te quieros" están demás. Me ha encantado como siempre. Un beso!!!
ResponderEliminarPrecioso niña...
ResponderEliminar:)
cada dia te superas.
ResponderEliminares genial.
en parte me recuerda a mi.
un beso