Un giro totalmente inesperado. Un giro tan grande que te das la ostia. Un giro que cambia tus planes. Ésos que tenías tan claros y a los que ya te ibas haciendo a la idea. Un giro que te aleja aún más de casa. Que hace que Madrid ya no parezca tan mala opción. Un giro que no es taza, ni taza y media sino tazón. Una perivuelta que diría mi prima. Un giro que descoloca. De ésos que te dejan en el mismo sitio pero mareado, y no eres capaz de seguir andando en línea recta. Un giro que no acaba con un sueño pero que lo complica. Un giro que acojona.
viernes, 15 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Dicen que no hay mal que por bien no venga... y aunque creo que ese refrán se creó más bien para aceptar las cosas como vienen y con resignación siempre podemos darle "un giro de 360º"... jejeje
ResponderEliminarAsí que ánimo y con un par¡¡¡
esos son los buenos giros!
ResponderEliminarDe repente aparecen en la vida situaciones que nos fuerzan a tomar decisiones.
ResponderEliminarDe esas decisiones que lo cambian todo.
No hay salida. O se hace o no, pero nada sera lo mismo.
Imagino que se te presenta un traslado inesperado.
Suerte.
pd: Madrid siempre es una opción excelente.