sábado, 9 de abril de 2011

Nada me retuvo. Me liberé y fui.

Hacia placeres que estaban

tanto en la realidad como en mi ser,

a través de la noche iluminada.

Y bebí un vino fuerte,

como sólo los audaces beben el placer.




Constantino Kavafis

4 comentarios:

  1. Bonito, placeres y vino, gran combinación

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  2. Para vivir a la deriva, sin duda hay que ser audaz. Un texto que invita a la reflexión, gracias.
    Cariños

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  3. Coincido.

    Solo los audaces "viven" para el placer.

    Otros creen que el deber va delante.

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