sábado, 12 de febrero de 2011

Cluedo IV

Y ahora vienen los hombres. Los hombres, los tíos duros. El Doctor Hurañeak, situado entre todas las mujeres, observando todo, bueno más bien observándolas a todas. Mirándolas como si estuviese haciéndoles un escáner en busca de enfermedades. (nota para mí: ¡¡Hola campeón!! Hacía mucho que no utilizaba mi nueva grabadora) A su lado está Guerrero, apodado Sincabeza. Se lo pusieron una tarde de domingo Picatous y Mery Lights cuando la primera dirigió su mirada a los tatuajes de cabezas que Guerrero tiene en los brazos. Guerrero colecciona coches, no le importa el dinero, colecciona coches y tiene unos cuantos. Mery Lights puede dar fe, ha estado en alguno de ellos. A Guerrero le gustan los coches más que las tías pero si le juntas las dos cosas se vuelve loco, a menos que sea un jeep Cherokee, entonces no hay coño que le distraiga (nota para mí: ser un poco más fino hablando) Por último está Ricaredo Junior, tataranieto de Ricaredo I, Rey de la antigua Castilla, según él. Ricaredo es el compañero de apuestas de Picatous. Llegan a jugarse tanto dinero que cuando ya no tienen nada más para subir la apuesta se juegan si en tu casa o en la mía. Ricaredo tiene una voz cojonuda, una voz profunda y seca, una voz de locutor de radio.

Y faltan las camareras. En todo bar tiene que haber alguien que aguante al jodido personal y al personal jodido. En este caso son las mellizas Albas Olteras. Dos hermanas rubias con las cejas más negras que el carbón, y eso no da morbo, intentar descubrir si son de bote mirando otra zona de su cuerpo ya no interesa porque la información ya te la dan las cejas.


Pero, ¿quién habrá matado al Capitán Cherokee? Todos tienen motivos, incluso yo.

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