viernes, 8 de octubre de 2010

Querida familia:

No lloréis, por favor os pido que no lloréis por mí. Son muchos años vividos y el diagnóstico de esta enfermedad no conseguirá que deje de reír. Espero que mi ausencia no logre borrar vuestra sonrisa. Siento no poder dejaros mucha herencia pero vivir la vida cuesta y prefiero que mi legado sean buenos recuerdos y algunos consejos. ¡No os quejéis que no os dejo deudas! Disfrutad de la vida, sólo hay una. Una...y se puede acabar en cualquier momento. Luchad, luchad por vuestros sueños, reivindicad lo que creáis justo, puede que no consigáis lo que os propongáis pero que no sea por no intentarlo. Caed, llorad, tened momentos malos; sólo así podréis crecer y llegar cada vez más alto. No veáis cada caída como un fracaso, sólo caen los que se arriesagan y sólo los valientes se levantan más fuertes. Estad ahí cuando os necesiten, sed hombro en el que llorar y oídos a los que hablar. Tened presente que a menudo el dinero no da la felicidad; ayuda por supuesto, no seamos tontos; pero los pequeños detalles valen más de lo que creemos.Enamoraros, quered a alguien con todo vuestro corazón. Compartir la vida con alguien es lo mejor que puede pasaros. Tened hijos y nietos, sois el mejor regalo que vuestro padre/abuelo me ha hecho nunca. Pero también, quereros a vosotros mismos, hay historias que por mucho que nos empeñemos no son nuestra historia de amor. Tened muy claro que las cosas les saldrán de lujo a la gente que no lo merece. Os encontraréis malas personas en vuestra vida y todo les saldrá bien. No dudarán en pisaros y en aprovecharse de vosotros. Puede que os quiten buenos trabajos, ascensos, novios... pero tened en cuenta que llega un momento en la vida en que miras hacia atrás y lo único que te importa es saber que has sido buena persona.

¡Ah, se me olvidaba! Perdonadme cuando vengais a verme y no os reconozca. No será porque no os quiera, sino porque este puto Alzheimer me estará ganando la partida.

2 comentarios: