Hoy Soria es huérfana de padre. Ya nadie hablará de ella como tú lo hacías. Hoy Miguel, has escrito el punto final, ése que nadie quiere escribir, ése que nadie quiere leer. Hoy muere el cronista de Soria y la ciudad llora tu pérdida. Ya no veré la alegría en tu cara cada vez que nos encontrábamos, ya no volveré a leer esas dedicatorias tan sinceras en tus libros. A ti te debo el seguir escribiendo, tu opinión sobre mi primer texto la leí entre lágrimas de emoción, las mismas que hoy se escapan al escribir esto. Me dijiste que no dejase de escribir. Creo que nunca te conté que seguía haciéndolo, pero me conoces, sabes que no me conformaría con un solo escrito. Sólo espero que, como me dijiste, mi primer texto te haya ayudado a morir más tranquilo. Dudo que haya alguien más soriano que tú, un hombre sencillo, servicial, alegre y sobre todo buena persona. Ya ves, me cuesta utilizar el pasado para referirme a ti. Van a poner tu nombre a una calle, te lo mereces; en el Moncayo ya fuiste poniéndolo tú poco a poco. Seguro que allá donde estés llevarás tu capa y tu boina y seguirás dando a conocer tu tierra como has hecho durante tantos años.
Descansa en paz Don Miguel, descansa en paz amigo.
Descansa en paz Don Miguel, descansa en paz amigo.
Nunca olvidaré lo amable y lo paciente que fue con nosotras...
ResponderEliminarGran hombre Miguel Moreno.