lunes, 1 de agosto de 2011

Marthina tiene miedo, más que el que acostumbra, más que el que puede esconder tras su sonrisa. Llora en público. Marthina llora, pero nunca en público. Ya he dicho que más que el que puede esconder. Marthina llora y más gente llora. Aquí nadie pregunta el motivo, lloran y dejan llorar. Marthina ve cómo en su vida están pasando cosas que no puede controlar. Piensa que el ser humano no es capaz de vivir sabiendo que hay cosas de su vida que no puede controlar y un escalofrío recorre su cuerpo. Ve a una señora besando un rosario. A veces les envidia, al menos los creyentes tienen algo a lo que aferrarse. Marthina no cree en nada ni en nadie. Marthina acaba de llorar, se levanta, se disfraza de sonrisa y se va.

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