lunes, 29 de agosto de 2011

miércoles, 24 de agosto de 2011

Si volviera a nacer no cometería los mismos errores, cometerlos significaría que no he aprendido nada de la vida. Si volviera a nacer besaría más y más lento, sería yo la que te besara primero. Si volviera a nacer seguiría andando, no sé hacia dónde, pero seguiría andando. Si volviera a nacer querría menos pero mejor, entregaría todo pero no a la primera. Si volviera a nacer no haría llorar ni lloraría sola. Si volviera a nacer hablaría más con silencios, callaría más con besos. Si volviera a nace estudiaría lo mismo. Si volviera a nacer haría todo lo que un día no me atreví, viviría pensando en el presente. Si volviera a nacer ahorraría para comprarme un coche. Si volviera a nacer viajaría más, iría a cualquier parte. Si volviera a nacer pararía los pies a quien merezca ser parado. Si volviera a nacer lucharía aún con más fuerzas, las fuerzas que dan las batallas perdidas. Si volviera a nacer sería un chico, a ver cómo es ser un tío.

viernes, 19 de agosto de 2011

Sabina era una mujer de armas tomar y por eso siempre iba a trabajar con un cuchillo en el bolso. La calle era peligrosa y Sabina no dudaría si llegaba el momento. Su vida no fue fácil. Se fue de casa el día en el que su padrastro casi la mata, se fue justo después de matarlo. Sabina nunca tuvo ambiciones, dejó de estudiar cuando ya no podía disimular los golpes; no fue rendición, fue supervivencia. Sabina odiaba a los hombres, lo más parecido a un orgasmo era la aguja rozando sus venas. Echaba pulsos con la muerte, le miraba a la cara y le escupía. Escupía toda la rabia que llevaba dentro, todo el veneno que le consumía. Apenas se dio cuenta de la sobredosis, apenas sintió dolor. Cuando el dolor te ha quemado durante tanto tiempo, cuando ha conseguido matarte; al final te alivia. Sabina era puta, pero tuvo claro que más puta era la vida.

jueves, 18 de agosto de 2011

sábado, 13 de agosto de 2011

Echo de menos los tiempos mejores. Tanto, que me echo de menos a mí. Me da miedo la vida, o dejar de vivir, no lo sé. Siento tantas cosas en tan poco tiempo que he dejado de sentir. Ensucio los trapos aún sabiendo que luego me tocará lavarlos. Tiemblo al pensar lo que vendrá, perderé parte de lo que ahora tengo. Me empeño en ir corriendo aunque no sepa dónde ir. Robo parte de vida a mi imaginación. Busco soluciones y me encuentro problemas. Ando caminos empedrados con arena en las sandalias. Aún no me creo que haya más sitios que Paris. Tropiezo con piedras que se convierten en pedruscos cuando intento esquivarlas. No soy como creen que soy, tampoco como creo yo. Rompo sueños sin soñarlos. Intento juegos de palabras sin saber bien qué decir. Me quedo a un paso de cebra de ser feliz.

martes, 9 de agosto de 2011

Puede que me equivocara al decir lo que pienso, me equivoqué al pensar que me escucharían. Puede que me equivocara al creer que estarías siempre, me equivoqué al decir que yo también estaría. Puede que me equivocara al esconderme tras sonrisas, me equivoqué al creer que a quien hice reír, estaría ahí cuando fuese yo la que dejase de sonreír. Puede que me equivocara al coger sitio en la vida de ciertas personas, me equivoqué de lugar. Puede que me equivocara al darlo todo, me equivoqué al esperar que los demás hiciesen lo mismo. Puede que me equivocara al valorar los pequeños detalles, me equivoqué al pensar que en la amistad no importa el dinero. Puede que me equivocara al esperar que las heridas cerraran algún día, me equivoqué al pensar que yo podría cerrarlas. Puede que me equivocara al acercarme a ciertas personas, me equivoqué al confiar en ellas. Puede que me equivocara al no cantar que “antes yo era más inmortal”, me equivoqué al sentir que las caídas me hacían más fuerte. Pero esta vez, algo cambia, Fito; ni me equivocaría ni me equivocaré otra vez.

jueves, 4 de agosto de 2011

Una de romanos

Si quieres te cuento una de romanos. De valientes guerreros que formaron un imperio. De coliseos de gloria y temibles hazañas. De puentes y campamentos. De valerosos gladiadores y feroces leones. De Júpiter y oráculos. De bellas mujeres y bacanales placeres. De derecho y dinastías. De Césares y Augustos. De conquistas y riquezas. De luchas y traiciones. De Patricios, plebeyos y esclavos. Si quieres te cuento una de romanos. O te cuento una de numantinos y de cómo, a esos locos romanos, les dieron pal pelo.

martes, 2 de agosto de 2011



Venceremos, la historia nos lo exige

lunes, 1 de agosto de 2011

Marthina tiene miedo, más que el que acostumbra, más que el que puede esconder tras su sonrisa. Llora en público. Marthina llora, pero nunca en público. Ya he dicho que más que el que puede esconder. Marthina llora y más gente llora. Aquí nadie pregunta el motivo, lloran y dejan llorar. Marthina ve cómo en su vida están pasando cosas que no puede controlar. Piensa que el ser humano no es capaz de vivir sabiendo que hay cosas de su vida que no puede controlar y un escalofrío recorre su cuerpo. Ve a una señora besando un rosario. A veces les envidia, al menos los creyentes tienen algo a lo que aferrarse. Marthina no cree en nada ni en nadie. Marthina acaba de llorar, se levanta, se disfraza de sonrisa y se va.