viernes, 14 de octubre de 2011

Hacía tiempo que no veía unos ojos como los tuyos, de ésos que hablan en vez de mirar. Intenté no mirarlos, es bastante incómodo que alguien te observe así en el metro. No pude hacerlo, era imposible no fijarse en ellos. Era como si tus ojos fuesen imanes que atraían a los míos y llegué a odiar mis pestañeos. La verdad es que no sabría decir de qué color eran exactamente. Parecían marrones pero de un tono tan claro que se confundían con el verde. No es fácil diferenciarlos cuando intentas mirar disimulando. Pero eran algo más que un color, eran una mirada de ésas que te dejan embobada, de ésas que duelen porque no era a mí a quien miraba.

3 comentarios:

  1. has visto las historias tan chulas que escribes por viajar en el metro?
    por cierto, ¿cómo va la adaptación a madrid?

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  2. jaja gracias. La adaptación ahí va, poco a poco.

    Un beso.

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  3. Hay ojos que son como agujeros negros para las miradas.
    Salvando las distancias, me ha recordado a una canción de Eels: "That look you give that guy"

    Un abrazo!

    Ehse

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