La luna, la llena y la menguante. El dormir abrazados a las estrellas e inventarnos constelaciones. Los mensajes de madrugada. Los te quieros en el espejo. Las tardes de domingo de sexo y preliminares. Los planes de futuro. El circo y los enanos. Los fines de semana en casas rurales. Los cristales del coche empañados. Las risas tras los “no me llores que ya eres mayor”. Las llamadas tras los “no vuelvas a llamarme”. Los enfados por tonterías y las reconciliaciones. El futuro juntos. El ir a Ikea los sábados por la tarde. Las ganas de vernos. El pasear de la mano. Las películas con final feliz sin saber cómo acaba la película. El saber que estamos ahí. Las ganas de desnudarnos. Los días de campo, las tardes de teatro y las noches de conciertos. El coger el coche y largarnos. El contar los días que quedan para vernos. Una vida juntos. Dime cuántos besos me he perdido desde que nos estamos dejando.
lunes, 31 de octubre de 2011
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pff tremendo, sabes amiga yo tengo miedo a no volver a sentir toda esas cosas que escribes.
ResponderEliminarSencillamente precioso. Es la primera vez que entro en tu blog y me ha encantado! sigue así, ojalá esto de lo que hablas en esta entrada no se acabe nunca, a mi es lo que me hace sentir que vivo!
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