sábado, 1 de octubre de 2011

Alex subió dos veces El Moncayo, la segunda casi muere. Bueno en realidad no, pero tenía un agotamiento tal, que pensó que la muerte sería algo parecido. Fue con compañeros de viaje pero cuando la lucha es entre el cuerpo y el alma, los demás sobran, incluso sobras tú mismo. Y cuando en tu vida sobras tu mismo es que algo va mal y tienes que pararte. Dejar de subir para no caer. Pensar qué has hecho y qué puedes hacer. Decidir si sigues adelante, retrocedes o te quedas donde estás. Dejar ir a los compañeros que quieran irse y saber valorar el hecho de que otros se queden. Pensar si la montaña merece la pena. Alex subió dos veces El Moncayo, y se le acerca una tercera.

3 comentarios:

  1. En esos momentos de flaqueza hay que tener una voluntad de hierro para continuar hacia delante. Muchas veces nos puede tanto el agotamiento que incluso los objetivos que antes teníamos por inamovibles empiezan a tambalearse peligrosamente.

    Pero no hay mayor satisfacción que sobreponerse a todo eso y superarlo.

    Un abrazo!

    Ehse

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Hola, ¿qué tal se encuentran los cuerpos subidos a la deriva? Si sigues en Salamanca... ¿te veré por los jueves de autor? Espero que sí, ya me dirás. Un abrazo a quemarropa.

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