martes, 21 de diciembre de 2010

Tú eras tan ingenuo y yo tan ilusa que nos creímos las promesas. No debimos decir para siempre, tan solo que estaríamos ahí hasta que estuviésemos. Tú a Venus y yo a Marte. Teníamos caminos distintos. Tú tan callado y yo tan habladora que dejamos de escucharnos. Arruinamos tantos momentos por no decirnos las cosas. Tú verano y yo invierno. Dejamos congelar el calor que hace un tiempo nos abrigaba. Tú tan tranquilo y yo tan alocada que este juego se nos fue de las manos. Dos ciegos arriesgando en cada mirada. Tú veneno y yo serpiente. No hizo falta morder la manzana. Tú tan racional y yo tan emocional que nada nos bastaba. Dejamos de pensar en los sentimientos del otro. Tú de mar y yo de montaña. Tantas vacaciones desperdiciadas. Tú tan valiente y yo tan cobarde que perdimos batallas. Completos camicaces sin armas.

Tú y yo éramos tan iguales que acabamos siendo diferentes.

4 comentarios:

  1. acabamos dejando que el tiempo se interpusiera entre nosotras..
    y no hubo mas remedio que decirnos adios..

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que no se que comentar, simplemente me veo a mi mismo y una persona a la que trato de olvidar reflejado en este escrito.
    Tan iguales y diferentes...

    ResponderEliminar
  3. Tu gazpacho y yo ensalada.

    ResponderEliminar