lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Sabes? Te escribí un texto, un texto lleno de rabia. Lo he tirado. Si quieres destruirte hazlo tú misma, yo no pienso ayudarte. Además, me gustaría poder decírtelo a la cara. Empezaría pidiendo perdón, tengo que reconocer que no fueron formas, y acabaría diciéndote que te has arruinado la vida. Entre medias podría echarte tantas cosas en cara que no merece la pena decírtelas. En realidad no sé por qué apareces ahora, si dejas morir una amistad no sé para qué remueves las cenizas. Tampoco entiendo qué haces metiéndote en mi blog ¿qué esperas encontrar? Hace tiempo ni me mirabas cuando os lo leía. Pero no voy a seguir escribiendo, va a ser tu último texto, el punto final a todo esto. Bueno, una última cosa: dejaste de luchar, dejaste de luchar el mismo día que decidiste que perder peso era lo único que importaba. Punto final.

5 comentarios:

  1. Dejar de luchar, dejarse vencer....ese punto en el que parece que ya no hay vuelta atrás, pero...¿la habrá?

    Un saludo! :)

    ResponderEliminar
  2. Me gusta, has simplificado tu estilo, pero las obsesiones son una enfermedad, la penultima frase me parece demasiado dura y cruel.

    ResponderEliminar
  3. La vida es una lucha constante, siempre hay que seguir luchando

    ResponderEliminar
  4. A veces uno llega en el momento exacto, ni antes ni después..
    Nunca se abandona el fuego, por más arena que uno tenga encima.
    Saludos.

    ResponderEliminar