Cuando tenga hijos les prohibiré ver la televisión. Bueno, espero que cuando ese momento llegue, España haya alcanzado un nivel de cultura mayor al que tenemos ahora y mis hijos puedan sentarse ante el televisor sin convertirse en unos auténticos verduleros, admiradores de personas ricas sin escrúpulos y tan necesitados de amor que tengan que ir a la televisión a buscarlo.
Y es que España es así. Luego nos sorprendemos de que seamos uno de los países donde la crisis ha calado más hondo. Que esa es otra, no sé a ustedes pero a mí esto de la crisis empieza a aburrirme. Pero es que somos increíbles, yo no sé si es el vino, la fiesta o qué pero los españoles somos increíbles, la ostia vamos, por qué no decirlo. Y hay multitud de ejemplos de ello: la primera dama viene de vacaciones a España y nosotros retrocedemos cincuenta y siete años. ¡Dios mío si parecíamos catetos! Sólo nos faltó cantarle eso de americanos…
Pero qué puede esperarse de un país que opina que un modelo a seguir es Carmen Lomana, una señora que es capaz de decir que los pobres sufren menos la crisis porque están acostumbrados a pasar hambre. ¡Así, con dos huevos! Uy qué ordinario y poco protocolario, me refería a que haría esa declaración mientras degustaba un almuerzo de pan, zumo y dos huevos. No sé a ustedes pero a mí me importa un pepino (y dos huevos) que la persona que se siente a mi lado a comer no tenga ni idea de para qué sirven los veinticuatro mil trescientos veintisiete cubiertos colocados después del cuchillo, cuchara y tenedor de toda la vida. Aunque sí tengo que decir que no sé de qué época prehistórica han sacado a los concursantes pero afortunadamente no son una muestra representativa de la juventud española, sólo representan a unos pocos, vamos a las joyitas de los jóvenes.
Y poco puedo decir de los que se atreven a jugar con el amor para hacerse famosos. Ni tronos ni tronistas, más bien sapos y culebras.
Si me permiten un consejo: apaguen la televisión; lean un libro, den un paseo, queden a tomar una cerveza, hablen con su pareja o yo qué sé, miren al techo, no aprenderán protocolo, ni falta que les hace.
Y es que España es así. Luego nos sorprendemos de que seamos uno de los países donde la crisis ha calado más hondo. Que esa es otra, no sé a ustedes pero a mí esto de la crisis empieza a aburrirme. Pero es que somos increíbles, yo no sé si es el vino, la fiesta o qué pero los españoles somos increíbles, la ostia vamos, por qué no decirlo. Y hay multitud de ejemplos de ello: la primera dama viene de vacaciones a España y nosotros retrocedemos cincuenta y siete años. ¡Dios mío si parecíamos catetos! Sólo nos faltó cantarle eso de americanos…
Pero qué puede esperarse de un país que opina que un modelo a seguir es Carmen Lomana, una señora que es capaz de decir que los pobres sufren menos la crisis porque están acostumbrados a pasar hambre. ¡Así, con dos huevos! Uy qué ordinario y poco protocolario, me refería a que haría esa declaración mientras degustaba un almuerzo de pan, zumo y dos huevos. No sé a ustedes pero a mí me importa un pepino (y dos huevos) que la persona que se siente a mi lado a comer no tenga ni idea de para qué sirven los veinticuatro mil trescientos veintisiete cubiertos colocados después del cuchillo, cuchara y tenedor de toda la vida. Aunque sí tengo que decir que no sé de qué época prehistórica han sacado a los concursantes pero afortunadamente no son una muestra representativa de la juventud española, sólo representan a unos pocos, vamos a las joyitas de los jóvenes.
Y poco puedo decir de los que se atreven a jugar con el amor para hacerse famosos. Ni tronos ni tronistas, más bien sapos y culebras.
Si me permiten un consejo: apaguen la televisión; lean un libro, den un paseo, queden a tomar una cerveza, hablen con su pareja o yo qué sé, miren al techo, no aprenderán protocolo, ni falta que les hace.
o visiten cuerpos a la deriva y descubran buenos relatos...
ResponderEliminarCon prohibir no se soluciona nada, educación, eso es lo que se necesita; tanto en casa como en las escuelas. El fenomeno televisivo, y hoy en día internet, son demasiado grandes como para no tenerlos en cuenta en las escuelas. Es necesario un aprendizaje crítico respecto a los medios de comunicación, hay que saber lo que vemos y ser conscientes de su significado. Por otro lado, creo que como pasa con el gobierno, cada pueblo tiene la televisión que se merece. Creo que en vez de indignarnos tanto, que también, lo mejor que hacíamos era apagar la tele en vez de pararnos a escuchar lo que dice la Lomana o cualquiera de los personajes que se nos venden, así de sencillo.
ResponderEliminarChapó..:)
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