Carrito de la verdura: el carrito para guardar la fruta y la
verdura se convirtió en el mejor coche que existía. Podía llevar cómodamente a
todos mis peluches a cualquier lugar de la casa. Mi madre aún nos echa en cara
a mi hermano y a mí que ese año no hiciéramos ni puñetero caso a los regalos
que trajeron los Reyes Magos por jugar con el carrito de la verdura.
Hucha del Jorobado de Notre Dame: cuando yo tenía 8 años una señora
(que sigo sin saber quién es) le regaló a mi bisabuela una hucha del Jorobado
de Notre Dame. Yo no entendía por qué ese regalo no era para mí. Creo que mi
bisabuela pensó que a su edad para qué le regalaban esa mierda. Nada más se
marchó la señora de casa, mi bisabuela me dijo que me llevara la hucha donde
quisiera. Pasó a ser el producto estrella de "mi tienda". Todos los
clientes la pedían y por supuesto querían que se la envolviese en papel de
periódico una y otra vez.
Papel de periódico: siempre me inventaba juegos en los que tenía
que envolver cosas con papel de periódico. ¿Por qué? Pues que me gustaba
envolver cosas yo que sé.
Caja registradora: este regalo se lo trajo Papa Noel a mi prima
pequeña. Yo por esa época tenía 18 añazos. Mi primilla ni acabó de desenvolver
el regalo; pero para mi primo mayor y para mí se convirtió en una hora de
compras. Daba igual lo que llevara en la cesta, el "señor cajero"
siempre me cobraba vibradores, bolas chicas, condones, películas porno... Mi
primilla tardó unos años en entender por qué era tan gracioso el juego.
Pelota de rayas: durante años entrené a gimnasia rítmica con una
pelota de rayas de colores. En sus ratos locos se convertía en la pelota fusil.
Murió rajada por la mitad porque se cargó un cristal de la ventana.
Osita: si tengo que elegir un regalo por excelencia es mi Osita. En
mi vida he tenido tanto cariño a un peluche. Siempre iba conmigo, hasta dormíamos
juntas. Eso sí, siempre dormía tapándome el cuello por si venían los vampiros a
media noche. Qué valiente era (la Osita digo)
Siempre he tenido muchos
juguetes, pero estos son los que recuerdo con más cariño. Recuerdo
perfectamente todos los ratos felices que mi imaginación y estos juguetes me
han regalado. Por eso, al echar la vista atrás y recordar todos esos momentos
me pregunto: ¿Por qué dejé de jugar?
Colaboración en #relatosJuguetes una iniciativa de @divagacionistas
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