El paso del tiempo se nota cuando
compras chupetes para regalar a tu amiga, ésa que es un año menor que tú. O cuando
un jodido niño te llama señora por primera vez. La edad se sufre cuando en vez
de salir de fiesta tres días a la semana, es la resaca la que dura ese tiempo.
El paso del tiempo te lastima cuando te das cuenta de que ya son 10 años desde
que se fue la abuela y 3 el abuelo. El tiempo te sorprende cuando compruebas
que puedes seguir viviendo sin personas que considerabas imprescindibles en tu
vida pero que, aunque hayan pasado meses, sigue doliendo. Los años te duelen
cuando te paras a pensar en todos los sueños que tenías y los que en realidad
se van cumpliendo. El paso del tiempo te golpea mientras sigas viviendo.
Cuentan que Saramago paró todos
los relojes de su casa a las cuatro, la hora en la que conoció a su mujer:
"Eso no significa que el tiempo se haya quedado ahí, sino que es como si
el reloj marcara la hora en la que el mundo empezó”. Pero a mí esta frase me
lleva a pensar en todo lo contrario. En ese momento en el que nuestro reloj se pare, ese momento en el que nos demos cuenta
de que lo realmente malo que tiene el paso del tiempo, es que un día dejará de
hacerlo.
Colaboración en #relatosTiempo una iniciativa de @divagacionistas