domingo, 25 de septiembre de 2011
Son las ganas de decir te quiero a gritos. De rozarnos, de sentirnos. De saber que estás aquí y que esta vez no te irás a ningún lado. Es el miedo al vacío. A dejar de sentir antes que seguir haciéndome daño. Son las batallas perdidas las que se acumulan. Las heridas las que no cicatrizan, los honores lo que no nos llevamos. Es el ruido de la gente que quiere hacernos daño. Que quieren vernos caer sin saber que caeremos despacio. Son idas y venidas de lo que empezamos a estar cansados. De vernos a ratos, de robarnos abrazos. Es la idea de equivocarnos lo que nos está matando. De no querer arriesgarnos, de no saber amarnos. Es la sensación de ser poco valientes. Es la sensación de ser un pez de plomo.
jueves, 22 de septiembre de 2011
sábado, 17 de septiembre de 2011
Voy camino Soria, no lo digo yo, lo canta Urrutia. Echo de menos tu voz susurrándomelo al oído justo antes de cada despedida, justo cuando mi pie derecho tocaba las escaleras del bus. Estabas en la estación, conmigo, siempre conmigo. La vuelta a la rutina es menos dura si te esperan. Siempre sonriente, con sugus de piña en el bolsillo, mirando el reloj impaciente. Sabíamos que me iría, sabíamos que un día iría camino el destino y que tú no cogerías ése autobús. Ahora llego a una ciudad donde nadie me espera. Me envuelve la soledad de un metro lleno de gente y me hago pequeña. Miro a mi alrededor y nadie mira a nadie. Me pregunto si has vuelto a ir a la estación, si tienes a alguien por quien la espera merece la pena. Yo subo al autobús, ¿de qué sabor le gustarán los sugus a ella?
lunes, 5 de septiembre de 2011
Hubo un tiempo en que me enfadé con el mundo. No aguantaba nada ni a nadie. Me cansé de dar sin recibir y de reír para hacer sonreír. Sentí que nadie me ayudaba a poner la mejilla, que nadie me escuchaba. Empecé a pensar que nadie estaba pa´ mí y dejé de estarlo. Quizás me había equivocado al plantear mi vida. No sabía cuál era mi lugar, ni siquiera sabía si tenía uno. Quise salir corriendo. Dejar todo y a todos. Ir tan lejos que el dolor no podría alcanzarme. Me hicieron pensar que la gente sólo valía por el interés, y ni interesaba ni me interesaban. Creí que no tenía a nadie en quien confiar. Hubo un tiempo en que me enfadé con el mundo, sin saber que en realidad estaba enfadada conmigo misma.
jueves, 1 de septiembre de 2011
QUITO:
- El tener que ir a Madrid.
- El sonido a los despertadores.
- Los saludos con mala cara. ¿Para qué coño me saludas sino quieres saludarme? ¿Acaso te saludo yo primero?
- Todo tipo de maltrato infantil.
- El tiempo que tarda en secarse el tippex.
- Lo mal que se me da utilizar el tippex de cinta ése.
- El no sonar del móvil cuando quieres que él/ella te llame.
- Las becas a los que no declaran todo lo que tendrían que declarar.
- El Barça y el Madrid. Y así poder ver fútbol, pero fútbol fútbol, y no tanta gilipollez junta.
- A los Manolos. Son como el Sálvame del fútbol.
- Las fronteras.
- Dinero a El Papa y a Los Reyes.
- Días a septiembre y se los pongo a agosto.
- Sobre todo, esta falta de inspiración que me invade últimamente.
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