Me encanta ver llover calentita desde mi cama. Pero me pregunto si no llovía mejor acurrucada en tus brazos. Si el café sin ti a mi lado me sabe más amargo. Se acercan los truenos y me consume la duda de si no te habré chillado demasiado. Si tenías razón al no sentirte escuchado. El tercer rayo ha iluminado todo el barrio y no sé si tú,algún día, volverás a iluminar mi cuarto. Si esta oscuridad consigue fundir abrazos. Llueve. Llueve sobre mojado. Llueve y tú no tienes la culpa. Me avisaste de que algún día llegaría la tormenta. De que el final se estaba precipitando.
viernes, 1 de junio de 2012
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llover y...precipitar...genial
ResponderEliminarabrazos