Despiértate, venga abre los ojos.
Despiértate por favor. Dime algo, lo que sea. Joder di algo. ¿Has movido los
ojos? Sí, sí los has movido, vuelve a moverlos. Venga vuelve a moverlos. Eres
gilipollas, en serio eres un gilipollas. Voy a irme, te juro que voy a irme de
este puto hospital y entonces vendrás diciendo que todo ha sido una broma, una
broma pesada de las tuyas. No tiene gracia ¿me oyes? No tiene ninguna gracia. Y
ese pitido, dios cómo odio ese pitido, pero es lo único que me dice que sigues
vivo. Un pitido, un mísero pitido, tu voz se ha reducido a una mierda de
pitido. Esto no se le hace a una amiga. Tenías que coger el coche, tenías que
montarte en ese puto coche. Y qué, ahora qué, ahora no coges ni mi mano y aquí
estoy yo como una auténtica idiota imaginándome que mueves los ojos. Me niego a
que te quedes así, tú no eres así. Ya no te ríes, no puedes rendirte. Venga
ríete, haz un esfuerzo. Te estoy tocando la oreja, te estoy tocando las dos
orejas. Mándame a la mierda, venga mírame mal como hacías siempre que te tocaba
la oreja. Despierta, despierta por favor y haz que yo despierte de esta
pesadilla.
lunes, 14 de noviembre de 2016
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