lunes, 17 de octubre de 2016

Miedo

Siempre he tenido miedo a morir. No a la forma de morir sino al hecho de que todo siga aunque yo ya no esté presente. Nunca se lo he dicho a nadie, pero mi abuelo lo sabía. No sé cómo, pero lo sabía. Y estoy segura de que también podía ver el miedo que me daba saber que un día él se iría. A mi abuelo no le asustaba que llegase ese momento, sólo pedía que cuando él no estuviese cuidásemos todos de la abuela. Por eso antes de marcharse, me dio la lección más importante de mi vida.


No tengas miedo a vivir. Lucha por lo que quieres, corre riesgos. Esfuérzate por hacerlo y ser mejor. Cae una y mil veces, levántate mil y una. Quiere a una persona, haz todas las estupideces que se te ocurran por ella. Haz lo que quieras hacer en cada momento. Pasa vergüenza, haz el ridículo. Equivócate por haberlo intentado, no te quedes con la duda de qué habría pasado. Ríe, llora, muérete de risa y también de pena... No tengas miedo a vivir. Pero eso sí, no todo vale chiquita. Vive de tal forma que cuando llegue el momento y eches la vista atrás, puedas morir tranquila.